Todo empieza en la página: Adapta o muere
Este artículo es continuación de Todo empieza en la página: ¿Qué escribo?
La mayoría de nosotros probablemente comenzamos como escritores-directores por necesidad, pero en cierto punto de la carrera de una cineasta (y por supuesto, si tienes una "carrera" real, eventualmente dejarás de ser una "directora de una película" y te convertirás en una “cineasta”), te darás cuenta de que probablemente no eres tan brillante o talentoso como alguna vez pensaste que eras.
Si fueras un guionista genio, probablemente sería mejor que escribieras guiones para Hollywood. Pero si quieres seguir dirigiendo, te darás cuenta de que no tienes el tiempo, la inclinación o la habilidad para seguir escribiendo tu propio material original todo el tiempo. Es por esto que Tarantino sólo ha hecho 9 películas.
Y ahí es donde entra la adaptación.
Asumir que todo cineasta independiente es tan hábil para escribir diálogos increíbles en una historia original al igual que ser un director de actores, y ser tan bueno eligiendo ángulos de cámara como Hitchcock o Paul Thomas Anderson, o tener la habilidad para usar el montaje como Soderbergh, es racionalmente irreal, especialmente en todas las películas, en todo momento. No es de extrañar que apenas el 15 por ciento de las películas de Hollywood se basen en guiones verdaderamente originales y menos aún estén dirigidas por un único escritor.
El primer paso es la aceptación: no eres un genio. El segundo paso es darse cuenta de que no eres el único. Ciertamente, es posible crear un guión original cada dos meses. Pero muchos, si no la mayoría, de tus queridos héroes de autor han hecho adaptaciones o trabajado con otros guionistas en la mayoría de sus películas. Piensa en Altman, Kubrick, Scorsese, Hitchcock, Paul Thomas Anderson: sus mejores películas fueron adaptadas de libros, obras de teatro, artículos o, al menos, provenían de guiones originales de colaboradores cercanos.
Mientras tanto, ellos pudieron centrarse en la dirección de sus películas y, en la mayoría de los casos, también en producirlas. Pero en una película independiente sin presupuesto, ¿cómo puedes hacer lo que Hollywood hace todos los días? Un primer paso es averiguar quiénes son los guardianes del buen material.
Cuando estaba terminando de rodar Afuera del Tiempo, Estefanía Piñeres la cual actuó en la película me mando su guion para lo que sería mi segunda película: Ruido. Fue la primera vez en mucho tiempo que trabajaba en un material que no era escrito por mi y me gustó muchísimo centrarme en desarrollar el guion con ella y concentrarme desde el punto de vista del director. Ese mismo proceso lo estoy repitiendo con Juliana Ospina con el thriller A Cuatro Pasos. Conocí a Juliana en el 2016 en Laboratorio de Guion de Cinefilia y desde entonces quedamos con las ganas de trabajar juntos, hasta que el momento perfecto llegó.
Pero si aún no conoce a los guionistas o autores, entonces conócelos. Ves a laboratorios de guion, a micro-obras de teatro, participa de Masterclasses, cómprales un sándwich deli, contrata a una terapeuta de “masajes” tailandés y toma fotografías incriminatorias. ¡Lo que sea necesario!
Utilice su experiencia para tu beneficio
Una ventaja de utilizar material de origen es que ya existe un conjunto de reacciones a ese trabajo. Puede leer reseñas del libro o la obra de teatro: si hubo una crítica constante, puede abordar los problemas subyacentes. Si hubo elogios constantes sobre un determinado elemento, no te metas con él. Puedes tener la suerte de trabajar con el autor y los actores y preguntarles qué líneas de diálogo provocaron risas y qué líneas no funcionaban. Esta es una gran ventaja en comparación con trabajar con material original. También tienes la suerte de que la autora se una a los ensayos y puedas responder preguntas sobre la historia de los personajes.
Conecta con el material
Si vas a pasar 6 años produciendo una película, 3 semanas rodando, 2 años en postproducción, 3 años promocionándola y otros 15 años pagando sus deudas, será mejor que te identifiques personalmente con ella. Con todos los desafíos inevitables de hacer la película, debes tener un interés emocional en el guión o en algún momento te sentirás frustrado y lo abandonarás. Tienes que convertirlo en tu bebé, tanto como lo fue el del escritor original. Tu elenco y equipo también verán esto: no quieren trabajar a bajo precio para un director que solo está haciendo la película por hacerla y ya.